De regreso a casa…

Los eternos atardeceres de la costa guatemalteca, el sonido del viento resoplando, el aire cálido que parecía darnos la bienvenida en la etapa final de la cabalgata, me hicieron retomar aquella vieja enseñanza de Thoreau traducida en palabras del Dr. Schuster: no hables, detente, escucha, percibe, respira y admira lo que te rodea; es vida pura en movimiento.